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REVISTA RELIGIOSA

DE ESPAÑA Y DEMAS PAISES CATÓLICOS,

DEDICADA

A MARIA SANTISIMA

en el misterio de su

INMACULADA CONCEPCION:

FUNDADA EN NOVIEMBRE DE 1852,

Y PUBLICADA CON CENSURA ECLESIÁSTICA.

POR D. LEON CARBONERO Y SOL,

su propietario, director y redactor único.

AÑO DE 1872.

TOMO PRIMERO.

MADRID:

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IMPRENTA DE LA ESPERANZA, A CARGO DE D. A. PEREZER

CALLE DEL PEZ, 6, PRINCIPAL.

1872.

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SETENARIO DE DOLORES, PREDICADO POR EL REVE

RENDO P. D. FR. ATILANO MELGUIZO EN SANTA CATALINA DE LOS DO

NADOS DE MADRID (1).

Primer sermon sobre la profecía del Santo Simeon.

Magna est enim velut mare contritio tua. (THREN. JEREM., cap. II, vers. 13.)

¡Triste y affligida está la Vírgen Santa...! La Reina y Señora de todo el mundo atribulada llora sin consuelo... Sufre penas indecibles; su dolor es superior á todos los dolores, y nadie, nadie es capaz de comprender sus tristezas y aflicciones. ¡Miradla...! Una espada de dolor atraviesa su bendita alma: la atormenta, la martiriza, la reduce al estado en que la veis; ¿y quién, quién será capaz de esplicar lo que representa, lo que significa, lo que revela y nos dice esa imágen dolorosa de la Madre de Dios y de los hombres? Es la personificacion de todos los dolores, penas y aflicciones: nos manifiesta que María Santísima está en desgracia; que el omnipotente la ha herido de muerte, y que su afliccion es semejante al mar, como se dice en los Libros Santos. Semejante al mar, porque no puede medirse la inmensidad de sus dolores; semejante al mar, porque sus penas son amargas, insondables é incomprensibles; y semejante al mar, siempre agitado, siempre amenazador, siempre fuerte y poderoso como un gigante invencible. Facta est enim velut mare contritio tua.

Pero, Vírgen afligida: ¿de dónde á Vos tanta desolacion? ¿Cómo y de qué manera habeis caido en el abismo de penas que os atormentan? ¿No sois la aurora de la mañana, la estrella del firmamento, la luz del mundo, y la Reina y Señora de todos los seres criados? ¿No sois la Hija predilecta del eterno Padre, la Madre del divino Verbo y la Esposa del Espíritu Santo? Pues ¿cómo tanto

El autor de estos sermones los compuso cortos, como se ven: porque prevenido con especies convenientes se propuso estenderlos, segun su fervor y el estado de su salud, como lo hizo al predicarlos. Otro tanto podrán hacer los que quieran aprovecharse de ellos.

penar? «¡Ah! sí; es verdad que soy todo esto; pero por serlo se ha convertido en llanto mi alegría, en ignominia mi gloria, y en suplicio el Hijo de mi amor. El Santo Simeon acaba de comunicarme una órden del cielo, que me condena á ver al Hijo de mis entrañas herido por la mano de Dios y por la malicia de los hombres. La divina Justicia se ha pronunciado contra mi Santísimo Hijo y contra su Madre: contra el Hijo, porque ha cargado con las culpas y pecados de los hombres, que quiere redimir y salvar, y contra la Madre porque le ayuda á llevar tan odiosa carga. Dios quiere que yo sufra y padezca dolores inmensos, que se reconcentren en mi corazon todos los pesares de mi Jesus divino; que sea lo que soy: la Virgen de los Dolores. Mirad; mirad y contempladme.»>

Así lo haremos, Vírgen dolorosa, pero derramando lágrimas de compasion, bendiciendo vuestros méritos y virtudes, y teniéndoos por el espejo en que se ve reflejado el Redentor del mundo con las señales de lo que padeció y sufrió por nosotros los hombres y por nuestra salud. Somos vuestros hijos: sabemos que vuestros dolores os han proporcionado la gloria en que sois feliz; y á contemplarlos venimos á este templo, en que la piedad cristiana ha dispuesto solemnizar el setenario que principiamos en este dia. En él se dice que el primer dolor que os afligió, os lo causó la pro fecía del Santo Simeon, y de ella voy á hablar, demostrando que en aquella profecía están comprendidos como en globo todos los pesares, dolores, desamparos, desconsuelos, penas y aflicciones que habreis de sufrir en esta vida mortal. Pero sin vuestra proteccion, nada puedo intentar. Concedédmela inspirándome, fortaleciéndome, dando eficacia á mis palabras y haciéndonos comprender que los trabajos, contradicciones y adversidades de esta vida, son la semilla del mérito, la cruz que produce virtudes, la escuela en que se forman los justos. Os lo pedimos llamándoos bendita, como el Angel que os dijo:

AVE MARÍA.

Magna est... El amor tierno y afectuoso que tienen las madres á sus hijos, les causa muchas veces los mayores pesares, desconsuelos y aflicciones. Que lo digan las madres que me escuchan. Si ahora cogieran á un hijo amable, y lo azotaran, lo coronaran de espinas, lo crucificaran, y á fuerza de tormentos le quitaran la vida á la vista y presencia de su tierna Madre, ¿qué estremos de dolor no haria esta en este caso? Pues esto es lo que aconteció á María Santísima, que amando infinitamente á su divino Hijo, lo vió padecer y sufrir los mayores dolores y tormentos. Lo amaba, no solo con un amor superior al que las madres mas sensibles tienen á sus hijos, sino que lo amaba ademas con un amor sobrenatural, mas activo y fervoroso que el de los serafines y querubines. con un amor que, derivado de su maternidad divina, debió ser infinito en cierto sentido, como lo dice y esplica el angélico Doctor Santo Tomás. Con este amor amaba María Santísima á su santísimo Hijo, á su Dios, á su vida, á su corazon, á su alma y á su todo. Y siendo el amor mas fuerte é inflexible que la muerte, segun el sabio... siendo mas desapiadado que el odio... ¿qué dolores no producirian en esta Vírgen los tormentos que á su vista y presencia padeció y sufrió el Hijo de sus entrañas? Fueron mucho mayores que cuantos se han sufrido y se sufrirán en el mundo, segun el sentir de los Santos Padres: fueron inmensos, como vais á verlo.

Llena de santo placer, de alegría y contento, estaba María Santísima en el templo, cuando en él presentó á su divino Hijo en el dia de su misteriosa purificacion. Imponderable fue su gozo cuando vió reconocido y confesado como verdadero Dios y verdadero hombre su divino Hijo por el santo Simeon, por la religiosa Ana, por los varones pios y las mujeres piadosas que por inspiracion divina acudieron al templo en aquel dia, como lo dice San Ildefonso. Entonces se recreó en gran manera esta Vírgen, al ver los triunfos que principiaba á obtener en el mundo el Salvador de los hombres. Pero como al lado de la alegría está la tristeza, tenia dispuesto la divina Providencia que María Santísima no saliese del templo sin una afliccion semejante al mar, sin una llaga insanable

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